Crónica del 24 de marzo en la
Unidad N °12 de Gorina
El viernes 22/03 se realizó un
acto en la Unidad N °
12 de Gorina, en conmemoración del aniversario del Centro de Estudiantes de la Unidad , alusivamente
llamado “24 de Marzo”, y dando comienzo al ciclo lectivo 2013. Atrapamuros
estuvo allí, y entre reencuentros, risas y unas ricas medialunas pudo compartir
esta jornada con los compañeros de la Unidad.
Alrededor de las 5 de la tarde
comenzó a llegar la gente; entre estudiantes, docentes y funcionarios de
algunas facultades de la UNLP ,
seríamos unxs veinte. Los que nos esperaban adentro, otros veinte. La Unidad 12 es una cárcel
particular. Por tener un régimen abierto allí no se verán rejas, a lo sumo alambrados, hay
espacios verdes por todos lados y a lo lejos se ven “las casitas”, donde viven,
organizándose por su cuenta, muchos de los internos de la Unidad. Quienes llegan hasta
aquí pueden decir que están con un pie en
la calle. Sin embargo, no. Sean rejas, muros o alambrados, sigue siendo la
frontera entre el adentro y el afuera, sigue habiendo un uniformado vigilando y
dando paso en la puerta. Y hasta allí llegamos ese viernes para ingresar una
vez más, a ver a nuestros compañeros privados de su libertad.
Reencontramos viejas caras
conocidas, luego del largo receso de verano, y también muchas caras nuevas. Los
estudiantes universitarios son los organizadores del evento, y todos
prolijamente cambiados para la ocasión, nos reciben cordiales, atentos, y se
preocupan por que nos sintamos bien y no se nos acabe el jugo que hay para
tomar. Es un galpón inmenso, donde está la panadería, la escuela, el centro de
estudiantes. Una herrumbrada escultura de algunos metros de altura nos recibe a
la entrada.
Mientras esperábamos que
comenzara, aprovechamos para ponernos al día, saber cómo había estado todo en
el calmo verano penitenciario y contar cómo arrancan las actividades este año.
También para conocer y charlar con los que veíamos por primera vez. “Hace tres
meses llegué a esta unidad, y lo que más me sorprendió fue volver a ver una
mesita de luz, y no una cama y una mesa hechas de cemento” resaltó uno de los
chicos presos, mientras esperábamos que se terminara de organizar todo dentro
del galpón donde se realizaría el acto. Un pequeño e insignificante gusto, que
a nosotros nos parecería irrelevante en la cotidianeidad de nuestras vidas.
Pero que a él no le pasó desapercibido después de años de estar preso en
Unidades que lejos estaban de tener las condiciones casi humanas que se pueden
ver en una Unidad de transición a la libertad como la 12 (que sin duda es un
lujo y una excepción a la regla dentro del conjunto).