lunes, 4 de abril de 2011

Enseñando a los golpes

¿Cuándo fue que la niñez se volvió peligrosa? ¿Cuándo se empezó a responsabilizar a los niños, niñas, y adolescentes por problemas que trascienden a sus acciones? ¿De dónde salió la idea de encerrarlos? ¿Cuándo fue que permitimos que crezcan en el encierro, aisladxs de la sociedad, sin afecto, descuidadxs, maltratadxs? Estas preguntas y algunas otras me surgieron hace unos días. Anduve buscando una respuesta, y aparecieron barias alternativas.

Podría decirse que fue hace un par de años atrás, cuando desde diferentes partidos políticos empezaron a hablar de la necesidad de bajar la edad de imputabilidad. Tanto desde el oficialismo, como en las diferentes gamas de la oposición, se relaciona la niñez directamente con el delito. Para quienes nos gobiernan, lxs niñxs son peligrosxs, delincuentes, y como tales, requieren un espacio alternativo en el cual puedan re-socializarse, recibir una educación adecuada, y que sea un espacio en el cual se garantice el cumplimiento de los derechos que a los niños y niñas les corresponden. Se afirma esto aun sabiendo que lejos de ser una alternativa a la vida que les espera a quienes hayan sido alcanzados por la pobreza y la indigencia, los institutos de menores son un lugar en el que se profundiza la marginación de lxs chicxs. Poco tienen que ver con las características que sobre ellos se establecen en las leyes, ya que quienes allí terminan, siguen siendo víctimas de lxs adultos, sufriendo violencia, hambre, viéndose privadxs de la educación y del sistema de salud.

Otra respuesta podría ser que fue desde que los medios de comunicación se empecinaron en poner de moda los delitos hechos por adolescentes. Presentando el mismo caso durante días, exagerándolo, poniendo a la niñez como algo de lo que tenemos que cuidarnos. Sin presentar los hechos de una manera que dé lugar a una reflexión profunda, que en búsqueda de una causa, quien observa se vaya más allá del hecho concreto en el que le presentan al niño o niña como delincuente, y lo/a vea como una víctima de la pobreza, de la violencia, de la discriminación y estigmatización social.

lunes, 28 de marzo de 2011


Empezar
 
Hoy me toca empezar a mí, siempre a alguien le toca. Todo camino se empieza, pero sólo cuando se camina, no existe camino mientras no haya movimiento ni quién lo camine. La militancia nos mueve, pero nos mueve porque hay injusticias y mentiras que nos indignan, nos entristecen. Lo que de verdad nos conmueve son los pibes y las pibas que se encuentran vulneradxs. Porque hay muchas cosas para hacer y para cambiar, empezamos. Nada más y nada menos que por la cárcel. De vuelta, de vuelta y cuantas veces sea necesario, de a pasos y gritos. A algunxs les rompemos las bolas, molestando al poder, a la pachorra e inmovilidad a la que el prejuicio nos ata, nos encierra.
Esas rejas, este ciclo que empieza cuando las hojas se empiezan a caer, con un marzo que abrileando quiere empezar a aletear y decirle: ¡Minga! No me vas a dejar volar. Destruyendo esos pesos pesados, esa estupidez tan efímera ¿la conoces a: "Esas rejas"?: La ilusión, el juicio sin evidencia, el miedo y la avaricia provocados por ignorancias, ilusiones y mentiras impuestas. De a poco es que nos vamos haciendo más livianos y entramos de un lado al otro, aunque el muro sigue ahí, aunque ese borde que erigimos todxs, aunque esa cárcel que algunos levantan por miedos, inseguridades, incertidumbres e intereses. El o la atrapamuros sigue ahí, entrando, diciendo y sabiendo que muchos de nuestros muros son propios, y muchos muchos impuestos y adoptados porque la ignorancia nos ata, nos deja vulnerables ante el oportunismo, aprovechamiento y concepciones superficiales que provocan ese actuar injusto de esta gente que no se da cuenta ni le importan las desigualdades.
Qué increíble es saber que la estupidez humana logre ponerle fronteras a todo, me impresiona realmente que algo tan psicológico logre algo tan concreto y pesado como una frontera –sería hermoso que sea una sin límites, pero no, no es un horizonte que nos acercamos y nunca llegamos, porque como dice un tipo piola, para eso sirve la utopía, para caminar. Sin embargo, ésta es una frontera- con gendarmes, con servicios penitenciarios, con aduanas, con nacionalismos y barrabasadas de la misma bosta. Del mismo veneno que peor aun, le sirven a una supuesta democracia y no son más que instituciones al servicio de un tipo de concepción: la de la propiedad privada y el capitalismo que sin ella no funciona, convirtiéndose desde lo moral en el capitalismo penalista. Porque mientras más causas o preventivas acumula el sistema de la pena, el sistema del llanto, puede con ello mantener la creencia en una ley que se jacta de humana y lo único que hace es reproducir y mantener las desigualdades, las explotaciones y opresiones.
Y ya que estamos hablando de horizontes, a mí me gusta el sol cuando se pone, un horizonte (sin nada de iluminismo e ilustraciones, más bien como es) con luz: dorada y anaranjada, violeta y celeste, blancos y amarillos. Qué placer esa línea allá en el fondo con ese plato, que ejemplo el de ese sol. Nos echa la luz seas rico, pobre, feo, lindo, angustiado, alegre, forro, buena onda, bondadoso, boludo, prejuicioso, libre, sereno, manipulado, dominado y dominador. Todas estas y cuantas se nos ocurran, el tipo sigue ahí. Alumbrando para que veamos. Ahora si, cuando se va se nos hace la noche, y los muros son como esa noche, son de ese talante como es el poder del mal gobierno: nos pone semejante puerta y un semejante edificio para ver si nos atrevemos a entrar y caminar. 
Porque si nos acordamos no hay camino sin caminante, no hay puente sin gente que lo cruce. Por eso que elijamos lxs atrapamuros caminar la noche para empezar a cambiar.
Porque creemos que un mundo mejor es posible, empezamos, y empezamos desde acá, el cotidiano.

viernes, 25 de marzo de 2011


Ayer se cumplieron 35 años del último Golpe de Estado. El 24 de marzo es una fecha en que se recuerda lo ocurrido durante la última dictadura militar, la violación de los derechos humanos y el terrorismo de Estado. Es una fecha en la que se analiza y juzga el pasado, un pasado que aparece como una herida que hay que sanar a través de la justicia y la memoria. Pero a su vez, debe ser una fecha en la que la justicia y la memoria no deben limitarse al análisis del pasado.

En realidad, el 24 de marzo también es una excusa para pelear por los desaparecidos de hoy, por quienes hoy siguen siendo torturados, por la injusticia del presente,  por denunciar la represión del Estado actual. La memoria por sí sola no alcanza para garantizar la justicia, sino que debe ser acompañada con la conciencia de lo que ocurre en el presente. Lo mismo ocurre con las denuncias y los juicios sobre períodos pasados, no alcanza con juzgar el pasado, hay que juzgar también el presente.

Cuando un hermano boliviano es asesinado intentando mantener su dignidad construyendo una casa con chapa y bolsas, cuando un joven desaparece por negarse a robar para la policía, cuando en las cárceles se sigue torturando, cuando hay chicxs durmiendo en la calle, limpiando los vidrios de la gente “bien”, sin acceso a la educación y a la salud, cuando se mantiene un modelo extractivo que destruye el ambiente de pueblos enteros, cuando un desaparecido en dictadura vuelve a ser desaparecido en democracia, los derechos humanos no son una realidad. No nos alcanza con festejar la perpetua a Etchecolatz. No nos conformamos con esto, no sabiendo que se puede más.

Desde nuestro trabajo diario vemos continuamente la negación y violación de los derechos de lxs presxs, y a diario trabajamos para que los derechos humanos se extiendan hacia esos lugares olvidados por la justicia. Por eso remarcamos la necesidad de acompañar la memoria con la conciencia del presente,  porque esa es la manera de evitar que lo que pasó no se repita en el futuro, ni el presente.

lunes, 31 de enero de 2011

Dos años sin Luciano, dos años sin justicia

  

El 31 de enero de 2009, a los 16 años, Luciano Arruga desaparecía. La situación parece estar clara para muchxs, pero no para la justicia. Hubo quienes vieron hacia la madrugada que un chico con las características de Luciano fue interceptado por un móvil policial. Luego de ser registrado se le permitió seguir. Más tarde, dos testigos vieron que un chico fue introducido brutalmente en un móvil policial. Incluso en el destacamento de Lomas del Mirador vieron que fue golpeado. Ese fue el último lugar donde se lo vio.

Sí, al parecer, la justicia no ha tenido ojos para esclarecer el asunto. Y tampoco oídos, ya que las declaraciones de los testigos no han sido escuchadas. Lo mismo pasó con las denuncias realizadas y con las manifestaciones que familiares, amigxs y organizaciones llevaron a cabo.

             Siguiendo con la metáfora, podríamos decir que a la justicia también le andan fallando otros sentidos. No ha tenido olfato para seguir el rastro de los responsables, a pesar de estar bastante marcado por las pruebas que fueron surgiendo y por el relato de los diversos testigos. A su vez, el tacto debe presentar anomalías, ya que no parece compartir la sensibilidad de aquéllxs que se han solidarizado con la causa.

              Lo que sí le funciona bien a la justicia es el gusto. Lejos de una dieta equilibrada, ha decidido tercamente alimentarse sólo de una pequeña variedad de delitos. Así, el caso de Luciano se inscribe dentro de aquéllos de los que la justicia prefiere no alimentarse. Es uno de los ejemplos de la reproducción de la ilegalidad por parte de la policía, de la selectividad de la justicia, y de la impunidad de los responsables de los grandes delitos. A Luciano se le había ofrecido robar para la policía, pero él se negó. Después de algunas insistencias, aparecieron las amenazas, las persecuciones. Antes de su desaparición había sido detenido y fuertemente golpeado dos veces. Pese a esto, la causa figura como “averiguación de paradero”, negándose así la verdadera naturaleza el asunto, y la responsabilidad directa de la policía.

El reclutamiento por parte de la fuerza policial para delinquir es un hecho conocido. Pero como ante tanto otros delitos, la justicia da vuelta la cara y se empecina en señalar y castigar a los sectores más vulnerables de la sociedad. Las peticiones de más “Mano dura” y de baja de imputabilidad siguen firmes, responsabilizando a quienes en realidad son víctimas y, lejos de solucionar, profundizan las redes de ilegalidad contra las que se dice combatir.

              Hasta ahora, el Estado no se ha molestado en encontrar a lxs culpables y sigue negando la complicidad policial. Hoy se cumplen 2 años de dolor  e impunidad. Dos años después Luciano no aparece, tampoco la justicia.

viernes, 17 de diciembre de 2010

Días grises

Se que el tiempo a veces es como un látigo que nos golpea sin piedad.
Se que veo en tus ojos el vacío de la soledad y 
que la tristeza está marcada en tu rostro, 
ten valor amigo mio no te deprimas
no te dejes caer en los altibajos de los días grises.
No dejes que te alcance el desánimo, 
no hay nada más grato que ganarle a todo aquello que nos agobia,
que nos hace dudar de nosotros mismos, de nuestros sentimientos.
Ten valor amigo mio no dudes de ningún momento de correr hacia mis brazos
ahi encontrarás el ocaso de todas aquellas amarguras
Hallaras la dulzura de un amor infinito
te hará sentir que cada día tiene un  sentido distinto; amor, deseo, ganas de amar y ser amado, tiene el encanto de sentirse vivo
cada mañana aferrado a un amanecer que te hace creer que hoy será un día mejor que ayer
que la felicidad está a tu alrededor, solo tienes que buscarla.

Compañero privado de su libertad en la U9.