Llega
el 15 de mayo y se nos va un año más, suman cuatro ya, por lo menos
formalmente. Atrapamuros cumple un nuevo año, y no queríamos dejar de hacer una
pequeña reflexión sobre lo que fue este breve tiempo de "vida
colectiva", que, aunque breve, no deja de estar cargado de acciones y
emociones que la han hecho realmente intensa. Pasaron años, pero también pasó
gente, personas que fueron aportando al grupo desde distintos ángulos y
diferentes lugares físicos. Entre todxs, tanto lxs que estamxs fuera
como dentro de las cárceles, seguimos construyendo un modelo de vida, un
modelo que a nuestro entender debe ser más justo e igualitario que el existente.
Por y para ello,
consideramos a la educación popular un elemento fundamental para
lograr ese objetivo, no sólo entendiéndola como una herramienta pedagógica para
nuestros talleres, sino como una práctica política, y aún más, una filosofía de
vida. Entendemos que hay que saber aceptar las diferencias existentes en todos los ámbitos sociales,
visibilizándolas y no negándolas, aprender de ellas pero no jerarquizarlas sino
complementarlas. Estamos convencidxs de que eso es en parte
la educación popular. Es también
por esto que elegimos a la cárcel como lugar de lucha y construcción;
porque la consideramos un ámbito donde se exacerban todas
estas cuestiones, un lugar que existe gracias a que cumple
la función de validar, en vez de repudiar, aquellas diferencias de
clase, que jerarquizan e imponen un pensamiento dominante anulando otras
realidades y simplificando una realidad social más compleja a un enfoque
meramente punitivo. Pero por otro lado, tenemos en claro que de nada sirve
construir dentro de una cárcel o de varias si esto no va de la mano
de un trabajo que permita visibilizar lo realizado y construir también desde
afuera para que el cambio sea profundo y verdadero.
Agradecemos así, y
valoramos la importancia que tiene la gente y distintas agrupaciones con
las que construimos diariamente, trabajen o no en el ámbito carcelario. Quienes
nos leen, nos buscan, se interesan en lo que hacemos y colaboran con
las revistas anuales que realizamos, pero sobre todo, aprenden y se forman en
conjunto con nosotrxs, con el fin de lograr ese objetivo que líneas
arriba explicábamos y que estamos convencidos que se puede lograr.
En base a esto,
queremos dedicarle unas palabras especialmente a un hecho que creemos que es un
signo de un crecimiento político sustancial dentro del colectivo: el
haber decidido formar parte orgánicamente del Frente Popular Darío Santillán - Corriente
Nacional (FPDS-CN). Porque creemos que esa visibilización de la que hablábamos
no podría realizarse debidamente manteniéndonos al margen, pero además, porque entendemos
que nuestra militancia no es producto de un problema aislado, sino un eslabón
más dentro de un sistema con el que no estamos de acuerdo, y al cual
creemos que hay que tratar desde varias aristas. Tarea ésta nada fácil, pero
que según consideramos, contemplamos desde el FPDS-CN como un camino, como un
proceso, que a paso firme se va construyendo en cada una de nuestras luchas.
Sabemos que aún
falta mucho por construir, que el trabajo no es fácil y que son
muchos los momentos de angustia que unx pasa sabiendo en las condiciones que
están lxs compañerxs dentro de las unidades. Sabiendo que sufren torturas, que
deben realizar huelgas de hambre para poder tener derecho a estudiar, que hay
madres que deben quedarse dentro de las unidades mientras les arrancan de los
brazos a sus hijxs; porque este sistema punitivo y machista aún no se ha
detenido a pensar un mecanismo que evite la violación sistemática de los
derechos específicos de la mujer dentro del sistema carcelario. Todo esto
genera angustia. Pero el hecho de saber que hay compañerxs detenidxs que
realmente se ponen la camiseta dentro de los penales, e incluso
cuando salen en libertad, que el colectivo crece en cantidad y en formación a
pasos agigantados, y que tanta gente nos apoye y remarque lo importante de
nuestra labor, hacen que esa angustia se transforme en un incentivo para seguir
creciendo. Parafraseando al subcomandante Marcos, “con el fin de algún día no
tener la necesidad de existir, porque logramos construir un mundo mejor en
donde ya no se nos necesite para luchar por lo que falta”.
Con esta sensación ambigua
de felicidad inquieta, queremos saludarnos y alentar a seguir construyendo,
tanto a nosotrxs como a todxs aquellxs que desde su lugar nos
acompañan día a día, acompañamiento que, estamos
convencidxs, es necesarixs para poder cambiar esta realidad.
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