Unidad Penitenciaria N° 9 de
El Día del Periodista recuerda la
fundación del primer periódico de la Argentina independiente, la “Gazeta de Buenos Aires”
fundado el 7 de Junio de 1810 por Mariano Moreno. Sin embargo no es esto lo que
nos convoca este día, (que de hecho celebramos un mes después) sino
principalmente la necesidad de encontrarse, de llenar de estudiantes
universitarios no privados/as de su
libertad este centro de estudiantes –o como dirían adentro: de que entren
personas “de la calle”–. El evento,
organizado por el CEUSTA junto con la Facultad de Periodismo y Comunicación Social de la UNLP , (cuya Extensión Áulica,
en la cual los/as estudiantes de la carrera de periodismo se acercan para
cursar desde las distintas Unidades Penitenciarias se encuentra en la U.9 ) contó con la participación
de dos integrantes de la
Agrupación HIJOS , la Sra.
Rosa Bru (mamá de Miguel Bru, estudiante de dicha facultad,
desaparecido en democracia) y dos representantes del programa UBA XXII,
destinado a los/as estudiantes universitarios/as privados/as de su libertad de la Universidad de Buenos
Aires. Todos ellos fueron entrevistados durante una radio abierta que
realizaron los integrantes del CEUSTA, en la cual intercalaban un móvil que
recorría el salón interactuando con el resto de los participantes del evento. Además de las distintas agrupaciones estudiantiles
que se acercaron (Walsh, Copla y Fandango por Periodismo, Aule por Humanidades,
Cronopios por Bellas Artes y 26 de Junio por Trabajo Social), participaron
familiares de los estudiantes del CEUSTA, periodistas de la revista Otro Viento,
y por supuesto, desde Atrapamuros también dijimos “presente”.
Otros atractivos del evento fueron una galería fotográfica que mostraba en imágenes las sentencias del juicio al denominado “Circuito Camps” (que se llevó a cabo enLa
Plata durante 2012, y culminó con el encarcelamiento de 23
genocidas), y la exposición de distintos trabajos que se realizan en la Unidad desde la Cooperativa “El Ágora”
de marroquinería y de traducción al braile. Sin duda alguna es necesario
mencionar como atractivo del evento, las reconocidas especialidades culinarias
–en esta ocasión medialunas, pizzetas y jugo de naranja– que se sirvieron
durante toda la tarde; además de los mates que espontáneamente se armaban en
cada rinconcito del lugar, generando charlas, encuentros, anécdotas y chistes entre compañeros/as.
Otros atractivos del evento fueron una galería fotográfica que mostraba en imágenes las sentencias del juicio al denominado “Circuito Camps” (que se llevó a cabo en
Salir del salón con el corazón
hinchado de amistad, de solidaridad por el abrazo de despedida de cada uno de
los que nos recibieron, mientras el sol cae invisible en el cielo cerrado de
esa tarde gris, la humedad que llega hasta los huesos; y encontrarse con la
imagen (que siempre está ahí y todos/as lo sabemos) de los candados, las rejas,
y más atrás los pabellones, las celdas, y un poco más atrás el rancho, los
pibes, la soledad y la miseria hecha prisión, da un… escalofrío, por ponerle un
nombre. No es miserable quien la habita, no. Miserable es la cárcel misma, la
sociedad que condena al sufrimiento, a la tortura, al aislamiento, y a veces ni
se entera. Miserable es la situación de entrar, pasarla bien un rato, y salir sabiendo
que hay algunos que se quedan. Que mientras festejamos, hay otros que por no
ser estudiantes universitarios se quedan afuera, nunca participan de una clase,
de un taller, de ver una banda u organizar un evento. Sin embargo –pienso–
poder entrar, atravesar ese muro, traer un poco del afuera, llevarme un poco de
este adentro; para que desde adentro sepan que no están solos/as y desde afuera
sean cada vez más los/as que se apropien esta lucha; para perderle el miedo a
la cárcel, a lo desconocido y ganarle rabia; para poder seguir organizándonos
con alegría y luchando contra este sistema perverso, y miserable.
M. E. Ambort
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