La educación popular nos abre las puertas para
aprender a través del juego y de la imaginación. Nos invita a ponernos en el
lugar de otros y de alguna manera sentir en el cuerpo aquello que sucedió en
otras épocas para comprenderlo desde nuestra realidad. Como sujetos que hacemos la historia nos damos la
posibilidad de interpretarla, de jugar con lo que nos contaron para ponernos en
el lugar de lxs que lo vivieron. Así, participamos del proceso educativo
descontracturando los límites formales entre educador y educando. Se genera una
relación en la que cada unx, desde su lugar, tiene algo para aportar, para
enseñar y para aprender.
Esto es lo que se propusieron lxs compañerxs del
taller de arte y política de la U 9,
con motivo de la conmemoración de un nuevo año de la desaparición de Julio
López y de la noche de los lápices en la ciudad de La Plata.
“El lunes 18 de
septiembre en el taller de Arte y Política en la Unidad 9 de La Plata realizamos una
dinámica en grupos para trabajar la desaparición de López y la conmemoración de
la Noche de
los Lápices, dos hechos que se recordaban en la misma semana.
La actividad
consistía en la reconstrucción de una charla (inventada y anacrónica) entre
distintos personajes asignados al azar, sobre la desaparición de López o sobre
la noche de los lápices. Para dividirnos en estos dos grupos se realizó una
dinámica de encontrar papeles escondidos dentro de las aulas de la escuela de
la unidad. Cada papel tenía un color que identificaba el grupo en el que se iba
a participar y un personaje que es el que le tocaría representar a quien lo
encontrara. Los personajes podían ser: Claudia Falcone, Pablo Díaz, Director
del diario Clarín, Rosa Bru, Néstor Kirchner, una Abuela de Plaza de Mayo, tu
madre o abuela o vos mismo. Era esencial que una vez encontrado el personaje no
se divulgara al resto de los participantes.
A continuación, en
esta primer entrega, compartimos con ustedes la charla que salió sobre la
desaparición de Jorge Julio López:
Cristian era Pablo Díaz, Pablo era el director de Clarín,
al Abuelo le tocó ser Claudia Falcone, Emanuel era Néstor Kirchner y Ruy una
Abuela de Plaza de Mayo. Más adelante se sumará Omar, quién pasará a ser la Abuela y Ruy tomará el
puesto de Videla.
El encuentro se desarrolla en un café de Buenos Aires, el
mismo lunes 18 de septiembre de 2013. Los personajes van entrando al bar sin
conocerse, se sientan en la barra y piden algo para tomar. Mientras tanto el
ruido de afuera aturdía cada vez más ya que estaban pasando los tambores
pidiendo justicia por la desaparición de Jorge Julio López, por séptimo año
consecutivo. Entre los personajes se empiezan a escuchar quejas del mal
tránsito de las calles cercanas al bar. Claudia se pide una lágrima, la Abuela
un café con leche con tres medialunas, mientras que Néstor se conforma con un
café con una porción de cheesecake.
La conversación comienza, Falcone rompe el hielo contando
un poco quién era López, el resto de los personajes se van tan atentos como
desinteresados. Kirchner admite que no sabe mucho lo que había pasado. Pablo Díaz,
mientras tanto, se queja de la economía del país y cuenta que anda sin trabajo
hace un par de meses ya. Falcone se ve muy interesada en conocer a sus
compañeros de barra, pregunta sobre sus vidas, sus historias. Entre hablar qué
pudo haber sucedido con el cuerpo de López, el Director de Clarín afirma que
hoy su diario se tituló como “Un fantasma capturó a López”, a la vez que tras
un bombardeo de preguntas por parte de sus vecinos de barra (un poco por
interés e intriga de saber cuál era su personaje), declara que no le perjudicó
en la nada la dictadura militar en Argentina. Se abre una discusión en base a
si está bien reclamar las injusticias, aquí Falcone se enfrenta con Kirchner ya
que el ex presidente se muestra firme en su postura. La Abuela, aprovecha su
mayoría de edad entre los participantes para contar su historia desde otro
contexto, defendiendo la lucha y la protesta y repudiando los gobiernos de
facto. El Director de Clarín, a todo esto, se lo ve muy callado y sumamente
observador de lo acontecido, hasta que se libera y acota “hoy y siempre pediré
que se reprima en la protesta que sea”. Falcone, que no se calla nada, lo acusa
de apropiación de hijos. Díaz se sobresalta en la situación dada, tildando al
Director del diario de milico.
Entre los bombos y cantos de lucha detrás del vidrio del
bar y las discordias de la barra, se toma un tiempo para bajar el volumen de
voz y la calma. La Abuela pide revindicar a López, con el apoyo de Pablo Díaz.
Falcone se suma a esta lucha, recalcando que es importantísimo que se lo
revindique y que se pida justicia, levanta un lápiz y dice “ésta es mi
bandera”.
(Aquí entra Omar en la dinámica, tomando el personaje de
la Abuela, por lo tanto Videla se suma con uno de los anteriores participantes).
Videla, que se lo veía recorriendo el bar sin hallarse en
mesa alguna y sin invitación a la barra, se entromete firmemente acotando
“López era un mentiroso y un simple albañil, pido más fuerzas policiales para
que estas cosas no nos pasen por alto. Y respecto a la sociedad, es claro el
avance del marxismo, hay que volver urgentemente a un gobierno dictatorial para
que ponga orden y deje al país en condiciones”. En eso se da cuenta que se
conoce de vista con el Director de Clarín, mediante un esbozo de sonrisa un
tanto cómplice. Claudia y la
Abuela se enfrentan con Videla y acotan que la política se
disfraza y defienden las revoluciones, mientras Rafael insiste con que la
solución son las dictaduras y que es partidario de la mano dura. Se produce un
silencio en el bar y los participantes se ven intrigados y atemorizados a la
vez. El Director de Clarín dice que escribir sobre López es malgastar tinta, a
lo que la Abuela
pregunta si tinta es sinónimo de sangre. Kirchner se queja que los medios de
comunicación no ayudaron en la búsqueda de López. Comienzan a adivinarse los
personajes de cada uno. La
Abuela pide saber exactamente los actos judiciales que el
gobierno K hizo con esta desaparición con López como testigo clave del caso,
habla de la CN
como apoyo legal. Néstor entiende su pedido pero comenta que no puede dar esa
información. Falcone pone orden a la situación que volvió a irse de las manos,
mientras que Néstor se muestra asombrado que Pablo Díaz esté pasando miseria.
Éste habla de su sufrimiento con la desaparición de compañeros, a lo que Videla
lo acusa de “futuro marxista”. La
Abuela va cerrando el encuentro, dice que hay luchas
individuales y colectivas, las cuales son las de esclarecimiento de verdad y
justicia, habla del paso del tiempo como factor que influye en esto. Ya casi
todos van descubriendo los personajes. Pablo Díaz y Claudia Falcone se
re-conocen y se abrazan emotivamente por el encuentro.”
Taller de Arte y Política - Unidad 9
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