miércoles, 29 de mayo de 2013

Mas allá del SPB, Scioli y Casal





                                                  Por  Clara P.C., Ines G., Juan E. L.

No es casualidad, como tantas cosas no lo son, que tengamos más presentes las condiciones de las cárceles en la provincia de Buenos Aires que las del resto del país. Por un lado, porque en Atrapamuros son las que más conocemos debido al trabajo que realizamos, pero por el otro, por la casi nula visibilidad que se le da a la realidad de las unidades penales del interior de nuestro país. Partiendo de este hecho nos resultó llamativa la publicación de al menos seis notas a lo largo de sólo un mes sobre distintos casos de violencia institucional que se extienden a ciudades por fuera del territorio bonaerense. Los diferentes artículos tienen en común el hincapié en los accionares represivos hacia lxs detenidxs y reflejan las grandes similitudes que existen las prácticas que se desarrollan en todas las cárceles del territorio nacional.

Tanto en la provincia de Buenos Aires como en las demás provincias del interior del país se incumplen constantemente los derechos que deberían garantizarse. Diferentes situaciones cotidianas que llevan a generar pésimas condiciones de vida para quienes se encuentran detenidxs, obligan a lxs presxs a reclamar por aquello que les corresponde utilizando herramientas alternativas y a veces extremas, frente a un gobierno y unas instituciones que no garantizan condiciones mínimas de dignidad.

jueves, 23 de mayo de 2013

Lo que las imágenes no muestran

Por Oscar Toledo

Gibbon observa que en el libro árabe por excelencia, en el Alcorán, no hay camellos; yo creo que si hubiera alguna duda sobre la autenticidad del Alcorán bastaría esta ausencia de camellos para probar que es árabe.
J. L. BORGES,“Discusión”


                El viernes 17 se realizó en la Unidad 1 de Olmos el cierre de los talleres de fotografía con la presencia de los participantes del mismo. En ello se expuso el trabajo realizado durante casi un año junto a estudiantes y docentes de la Facultad de Bellas Artes de la Universidad Nacional de La Plata.

                Hasta ahí todo normal. En el evento de cierre se había organizado tanto la comida para agasajar a lxs invitadxs como la participación de una banda del penal para ponerle más calor y hacerlo más ameno. Pero como de costumbre, sucedió “lo mismo de siempre” y no se permitió que estas cosas se realizaran. Más allá de esto, la actividad no se suspendió. Hubo oradores del centro de estudiantes que dijeron unas palabras por la finalización, como así también estudiantes y docentes; todo entre risas, mates y tortas fritas preparadas a último momento para que las panzas no hagan ruido. Salvo por las bajas mencionadas, todo en marcha hasta que unx, dando vueltas en el salón de actos de la escuela comenzaba a observar las fotografías.

                Enmarcadas en cuadros grandes como en una galería de arte, se podían ver sobre las paredes del salón fotos de los estudiantes tomando mate; fotos de sombras proyectadas sobre las veredas (mucha originalidad); fotos donde se recreaba un paisaje de pasto, árboles, flores y plantas, es decir un paraíso para una cárcel de máxima seguridad que es puro cemento. También una fotografía reflejando una situación de enseñanza: en ella se podía ver a una profesora escribiendo sobre el pizarrón y los estudiantes leyendo.  Es decir lo que hacen las fotografías, ¿no? Tomar la realidad y recrearla. Seleccionar qué parte se quiere mostrar, todo con una intencionalidad. El o la artista opta por una parte de la realidad y la quiere reflejar. Desea mostrar lo que siente, expresarse, comunicarse con lxs otrxs…Y es ahí mismo donde unx, que tiene cierta frecuencia en esos contextos de encierro, que también habla con lxs presxs sobre la cotidianeidad de la cárcel, es ahí donde con cierto malestar dice: “¡pero esto no es la cárcel!”

miércoles, 15 de mayo de 2013

Se nos va un año más



Llega el 15 de mayo y se nos va un año más, suman cuatro ya, por lo menos formalmente. Atrapamuros cumple un nuevo año, y no queríamos dejar de hacer una pequeña reflexión sobre lo que fue este breve tiempo de "vida colectiva", que, aunque breve, no deja de estar cargado de acciones y emociones que la han hecho realmente intensa. Pasaron años, pero también pasó gente, personas que fueron aportando al grupo desde distintos ángulos y diferentes lugares físicos. Entre todxs, tanto lxs que estamxs fuera como dentro de las cárceles, seguimos construyendo un modelo de vida, un modelo que a nuestro entender debe ser más justo e igualitario que el existente.

Por y para ello, consideramos a la educación popular un elemento fundamental para lograr ese objetivo, no sólo entendiéndola como una herramienta pedagógica para nuestros talleres, sino como una práctica política, y aún más, una filosofía de vida. Entendemos que hay que saber aceptar las diferencias existentes en todos los ámbitos sociales, visibilizándolas y no negándolas, aprender de ellas pero no jerarquizarlas sino complementarlas. Estamos convencidxs de que eso es en parte la educación popular. Es también por esto que elegimos a la cárcel como lugar de lucha y construcción;  porque la consideramos un ámbito donde se exacerban todas estas cuestiones, un lugar que existe gracias a que cumple la función de validar, en vez de repudiar, aquellas diferencias de clase, que jerarquizan e imponen un pensamiento dominante anulando otras realidades y simplificando una realidad social más compleja a un enfoque meramente punitivo. Pero por otro lado, tenemos en claro que de nada sirve construir dentro de una cárcel o de varias si esto no va de la mano de un trabajo que permita visibilizar lo realizado y construir también desde afuera para que el cambio sea profundo y verdadero.

Agradecemos así, y valoramos la importancia que tiene la gente y distintas agrupaciones con las que construimos diariamente, trabajen o no en el ámbito carcelario. Quienes nos leen, nos buscan, se interesan en lo que hacemos y colaboran con las revistas anuales que realizamos, pero sobre todo, aprenden y se forman en conjunto con nosotrxs, con el fin de lograr ese objetivo que líneas arriba explicábamos  y que estamos convencidos que se puede lograr.

martes, 7 de mayo de 2013

Decirlo para no volver

Por Maru Ambort. Segunda entrega del diálogo con Karina Germano, "La Galle". El drama y la impunidad del Servicio Penitenciario, el rol liberador de la educación y de la organización colectiva en el penal y la reciente vuelta a la calle tras el largo encierro.
-Veníamos hablando de la impunidad del Servicio Penitenciario (SP), de esta intención de poner a la U3 como “cárcel modelo”, y lo que sucede en realidad, de cómo siguen muriendo pibas por la falta de atención médica, por ejemplo. ¿Por qué crees que funciona así?
-Porque cada sección de policiales, judiciales, asistentes sociales, médicos, docentes y demás, son todos del SP y todos funcionan con espíritu de cuerpo, se van cubriendo las cagadas de una sección con la otra, es como una corporación. Esto lo que hace es que no funcione nada. Hay cosas terribles, como cuando te sancionan. Vas a los tubos de castigo, te dan unas palizas de muerte, te dopan y te llevan a la unidad psiquiátrica diciendo que te autolesionaste. Ahora, si el psiquiatra que te atiende en la unidad psiquiátrica es otro del SP, por supuesto que va a avalar lo que le dicen. Nos enteramos de esta metodología porque a una piba la rebotaron porque tenía una bota en la espalda y el médico dijo: “esto yo no lo puedo pasar como autolesión”. Por otro lado es una forma de sacar a las golpeadas desde dentro para que cuando llegan a corroborar las denuncias ya no están. Las vienen a buscar y dicen “ah no, está en el psiquiátrico” y cuando van, están tan dopadas que no pueden ni hablar.
Mientras exista una división que se llama Seguridad Interna (que es la que tiene zona liberada y manda más que cualquiera), no importan los valores que tenga un/a docente, un/a médico. No. Ante todo, la seguridad. Y si no empezamos a pensar que la lógica de seguridad debería estar afuera, en el perímetro, para que nadie se vaya de ahí, que eso es lo único a que te condena el/la juez/a, todos esos castigos gratuitos que hoy sufrimos se van a seguir dando. Porque el ‘83 a las cárceles no llegó, no podemos hablar de democracia dentro de un servicio militarizado. La lógica es esa: La lógica es “contra la pared”, “no corra”. La requisa es vejatoria: “abra” “abrase más, quiero ver más”. Todo esto mientras no dejen de ser milicos no se va a modificar.
-Si la escuela primaria y secundaria está dentro de esta lógica de dependencia de los docentes al SP, ¿Cómo se generan los espacios independientes que se ganan?

jueves, 2 de mayo de 2013

Contarla desde adentro

Por Maru Ambort. Al principio era sólo un nombre, una consigna. “La Galle a la kalle”, repetido incansablemente en todo tipo de pintadas y fanzines, volantes y megáfonos. La historia de Karina Germano, militante social que, por las vueltas de la vida y las injusticias del sistema, se comió una banda de años adentro.
Contarla desde adentroUna voz al otro lado del teléfono, con cierto acento gallego, muy amable. Entonces pactamos el día, el lugar. Después de un viajecito en tren a Constitución, se sumó su figura, el saludo y el beso, la charla. Caminamos a un barcito. Entonces la figura se fue agrandando. Cada vez era más grande. Las anécdotas, las injusticias por las que pasó, su historia, su militancia, sus ideas y sus reflexiones. Así la fuimos conociendo y hoy queremos compartir, una historia de militancia y organización al interior de las cárceles, una entrevista con Karina “La Galle” Germano.
La Galle pasó sus días de encierro entre la cárcel de máxima seguridad de Carandirú, Brasil, y el penal N°3 de Ezeiza, donde impulsó una de las experiencias más interesantes de organización interna, alrededor del Centro Universitario. Aquí nos cuenta su experiencia como mujer, como militante, como presa.
-¿Qué particularidades ves en las cárceles de mujeres, respecto de las de varones?
-Hay una diferenciación de género muy fuerte. Dicen que desde hace una década aumentó la delincuencia femenina un 300%. Pero ese 300% no es casual. Digamos, la conformación familiar de la sociedad cambió. Desde hace un tiempo para acá las mujeres son las jefas de familia, sobre todo de las partes más excluidas de la sociedad. Tenemos madres con muchos hijos, de diferentes padres que no se hacen cargo de la familia. Al pertenecer a sectores más desfavorecidos de la sociedad, tienen que cometer delitos económicos casi todas, para poder solventar al grupo familiar. Por eso hay un aumento del 300% de la delincuencia femenina. Esto deja bien claro que no estamos hablando de una población delincuente, sino una población de mujeres que yo admiro mucho porque para ir contra todas las leyes, contra toda convención social para alimentar a tus hijxs, tenés que tener valor. Entonces a mí me parece que no las podés llamar delincuentes, sino corajudas, porque son lxs niñxs lxs que tenés que mantener. Cuando encarcelan a una mujer están arruinando a un grupo familiar, porque es la jefa de familia a nivel económico. El sustento moral de todxs lxs niñxs es la madre. Desintegran al grupo familiar cuando encarcelan a las mujeres. Esta es una diferencia de género muy importante a diferencia de los penales de hombres. En la cárcel eso se continúa, si no hay trabajo para sacarles comida, si no está la posibilidad de que cuando vienen lxs niñxs puedas sacarles un tapper de comida o una moneda cada mes, ya la mujer está en deuda.