lunes, 24 de agosto de 2015

Alto mambo, la revista

Alto mambo es una revista hecha por pibes desde adentro, en el marco de los talleres de Edición de revistas independientes, de Atrapamuros.

"Alto Mambo es el lugar donde podemos compartir experiencias, trabajando en grupo y compartiendo; es la unión en la cárcel para liberar el alma con alboroto e ideas locas, rompiendo esquemas dentro de los muros. Esta revista es para nosotros un alto mambo."

sábado, 8 de agosto de 2015

El día que Bruera me inundó


Yo obvio, nunca lo voté, pero aplaudí en su momento la creatividad del slogan “Bruera es agosto”. Y te comías un poquito la idea de que era algo distinto, que iba a ser otra cosa. Pero una vez pasado el remolino electoral, cuando ya van un par de meses de gestión, se sabe que nunca es como prometieron en los panfletos. La gente empieza a conformarse con la brillantina, con la fiesta del tomate platense, la fiesta del pan dulce con frutas secas, la del maní cervecero, la de la manzana embebida en caramelo. Te parece simpático que venga Piñón Fijo a la Plaza Moreno para el día del niño.

Y otra vez vuelven las campañas, la hora de votar, y aparecen de nuevo las propuestas fuertes: “inclusión”, “transporte”, “salud”. Las importantes, las que son dejadas de lado durante el mandato porque se priorizan las paredes limpias y las veredas barridas. Y bueno, gana esa idea de que “a este ya lo conozco”, que “no es tan malo”, que “con otro podría ser peor”. Y aparece la reelección.

La movida es que nadie se imaginaba que era para tanto, que mientras se hacían pavadas se dejaban de hacer cosas que se necesitaban posta. Y te olvidas de dimensionar que las decisiones de un tipo –y lxs que trabajan con él- pueden cambiar tanto tu vida, y la vida de los otros. Ellos ya sabían que existían las condiciones para que ocurra la inundación del 2 de Abril de 2013, nos enteramos que ya sabían. Les presentaron los informes de la UNLP y de otros expertos que se habían hecho en base a inundaciones previas (2002, 2005 y 2008); había un decreto -el 486/08- que dictaba Estado de emergencia hídrica en partidos de la provincia, entre ellos La Plata, Berisso y Ensenada; y un amparo presentado tras la sanción del Código de Ordenamiento Urbano (COU).

Tenían que escuchar las alarmas, hacerse cargo, invertir, llevar adelante las obras hídricas-hidráulicas que faltaban, diseñar un plan de contingencia, y demás medidas necesarias. Pero se hicieron los boludos. Decidieron no hacerlo, así me jodieron a mí, a vos y a tanta gente que hoy escucha llover y se le contractura el estómago.

viernes, 7 de agosto de 2015

La mamá que aprendió a luchar por Omar Cigarán y otros pibes que mató la policía


Sandra Gómez sintió un golpe en la puerta de su casa, en la esquina de las calles 40 y 120, en La Plata. Se asomó con su bebé en brazos y se quedó paralizada: un grupo de policías entró y empezó a romper todo. Le dijeron que era un allanamiento y le pusieron un arma en la cabeza.
- Dónde está el guacho, decinos dónde está el guacho.
- No sé a qué guacho te referís, estoy sola con el nene, bajá el arma.
- No te hagas la boluda, dale, que vos sabés dónde esconde las cosas el guacho.
Los agentes buscaban una moto, una pistola y balas. Entraron a las habitaciones y destrozaron un ropero de cuatro puertas. No iban a encontrar nada porque a Omar Cigarán nunca le habían permitido llevar a su casa cosas robadas. Entonces la amenazaron.
- Si no entregás al guacho a la comisaría, mañana lo tenés muerto.
La mañana siguiente, el 14 de febrero de 2013, Sandra estaba en la vereda y vio pasar al hijo en la moto de un amigo. Él le sonrió y ella se volvió para adentro. Al mediodía la llamó una vecina: “venite para la 43 que lo mataron a Omar”.
Cuando llegó la calle estaba cortada, llena de policías y de gente. No la dejaban pasar y le dio un empujón a una agente. Quisieron detenerla, ella les explicó que era la mamá pero no pudo ver el cuerpo que estaba tirado en el piso tapado de bolsas, como si fuera basura. Sandra se desmayó y la llevaron a su casa. Ningún policía fue a avisarle que habían matado a su hijo. Después se enteró por vecinos que el cuerpo estuvo en la calle hasta las cinco de la tarde. Se lo entregaron cuatro días después, sucio y ensangrentado. Su papá tuvo que bañarlo.