martes, 17 de enero de 2012

Soy terrorista

No tengo ganas de apropiarme de la denominación “terrorista”, no me parece justo. Con la nueva ley aprobada por nuestros representantes podemos ser tituladxs de terroristas, o sea personas que promueven el terror. Nada tan alejado. Personas que luchamos por la igualdad, la justicia, el acceso a los derechos como la educación y la salud, etcétera, etcétera podemos ser catalogadas como terroristas. Es que cuando salimos a la calle a exigir por cosas que nos parecen justas estamos presionando al gobierno. Por lo general si ocupamos la calle es para exigirles a nuestrxs representantes a hacer cosas, que de otra manera, no estarían dispuestxs a hacer. De golpe y porrazo somos terroristas. Que miedo. Me hace sentir como una cosa en la panza y en la garganta, una especie de pánico de volver a una época que no viví. Esa vieja idea del enemigo interno, de que cualquiera puede ser un o una agente del terror.

Así como quienes lucharon en la década del 70 no se apropiaron de la palabra “subversivo”, hoy quienes construimos día a día con amor por el cambio social, no nos vamos a apropiar de la palabra “terrorista”. No. No es justo. Y pensar que nos representa un gobierno que defiende los derechos humanos, la excusa es que se encuentran presionados por los organismos internacionales para aprobar este tipo de legislaciones. La verdad es que exactamente la fuerza que disponemos como país para enfrentarnos no la sabemos, y es poco probable que alguien lo sepa. Lo que es seguro, es que cuando a este gobierno le toca defender a los sectores populares no es más que tibio. Con este tipo de leyes siguen apostando a la criminalización de la protesta, pero que poco popular este gobierno nacional.
Lo que es cierto es que no vamos a dejar la calle, no tengo pensado quedarme en mi casa indignándome con el noticiero. Tal vez Atrapamuros, la COMPA y tantas otras organizaciones que luchan por la justicia social caigamos en el título de terroristas, tal vez hasta los mismos pibes y pibas que están en los penales tratando de que sus vidas sean, al menos, algo más dignas. Pero eso no va a lograr que abandonemos nuestras convicciones. Todas y todos lxs que creemos que las cosas pueden ser de otra manera saldremos a frenar esta ley, claro de una formar terrorista. Porque saliendo a la calle, molestando, haciéndonos ver, es una de las maneras en las que entendemos que se construye la política y no seremos tibixs.

Bruna.

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