lunes, 24 de junio de 2013

Sobre el 26 de junio

Desde hace 11 años las organizaciones populares nos subimos al puente, ese puente que conecta la capital federal con el conurbano sur y que se transformó, el 26 de junio de 2002, en el escenario concreto de la lucha de clases.

Ese puente es para nosotros territorio de disputa y de lucha. Es también territorio de memoria, de cultura popular y por eso mismo, territorio de alegría.

Darío Santillán eligió una forma de vivir la vida y eligió también, esa tarde en la estación de Avellaneda, no dejar que el miedo a la muerte le ganase al compañerismo y la solidaridad.

Esa elección, concretada en la mano levantada hacia las fuerzas represivas mientras asistía a Maxi, no solo es la expresión digna de una elección hecha con soberana libertad, es también un mensaje contundente, y así Dario (y su elección de vida, que es lo importante) se proyectan hacia adelante como un arma cargada de futuro, por la sencilla razón de que los que mueren por la vida no pueden llamarse muertos.

La fuerza de ese mensaje se siembra, se multiplica y se arraiga en el pueblo, porque Dario era un pibe con convicciones fuertes y fuerte compromiso, pero no era un héroe. Dario era un pibe de barrio, un estudiante, un compañero, un laburante, un amigo, totalmente terrenal y humano, y ahí radica la fortaleza de su figura.
Es uno con los tantos luchadores y luchadoras que desde hace 500 años resisten y construyen a lo largo de toda nuestramerica, y ellos y ellas somos nosotros. En la historia y en el presente de un continente que siempre estuvo en pie de lucha, todas somos campesinas sin tierra, todos somos estudiantes combativos, todas defendemos nuestros bienes comunes, todos somos trabajadores que dignifican el trabajo, todas peleamos desde nuestros territorios, todos construimos la igualdad de géneros y juntos, damos forma a nuevas maneras de educar, de sanar, de producir, de hacer cultura, de crecer y de vivir.



En el camino de la lucha por una patria grande, libre y soberana, recogemos la memoria de todos los compañeros y compañeras caídos en la búsqueda de un mundo mas justo, y no olvidamos ni perdonamos a los responsables materiales y políticos que a lo largo de la historia profesaron la muerte como la mejor política. Hace una década combatimos la impunidad y seguimos buscando justicia por los asesinatos de Dario y Maxi, hace una década continuamos su lucha, construyendo otros futuros posibles, creando poder popular para el cambio social.

Hace 10 años también que desde el poder se mira para otro lado, y se habla de una década ganada mientras algunos de los responsables políticos directamente implicados continúan libres o incluso con cargos públicos.
Se habla de una década ganada mientras la policía mata a los pibes de los barrios, mientras miles de mujeres son victimas de las redes de trata, mientras los trabajadores son precarizados, mientras se saquean nuestros bienes comunes, mientras hay desaparecidos en democracia. Cabria preguntarse quiénes ganaron en esta década…

Y no se trata de no reconocer ciertos avances ni de negar ciegamente ciertas mejorías, se trata de entender que las conquistas del pueblo son del pueblo, no concesiones otorgadas desde arriba por buena voluntad. Se trata de recordar que Dario y Maxi, así como los 30.000 compañeros y compañeras detenidos-desaparecidos, no luchaban por ningún capitalismo serio.

Se trata de saber que no pueden robarnos nuestra historia ni nuestras banderas y que hoy, a lo largo y a lo ancho de Argentina y de América Latina estamos de pie, y estamos determinados a ser libres.
Esa determinación, esa convicción, es el mejor homenaje posible y de esta forma cada compañero caído se convierte en potencia, en grito en la garganta, en puño que se aprieta, en batalla que no puede abandonarse. Por eso Dario y Maxi no están solos, ninguno de nosotros esta solo, nunca.
Y así, defendiendo la alegría y el derecho de ser libres, con la certeza de que un mundo sin explotación es posible, este 26 de junio volvemos a subirnos al puente, como cada año, y ahí nos encontraremos, como siempre y hasta la victoria, en la lucha.

Compañera del FPDS-CN

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