lunes, 29 de agosto de 2011

“El muro de los incapaces” 

En algún lugar de la ciudad dos sujetos se encuentran.
Se ven por primera vez, no hay nada entre ellos, solo: el mismo aire, la diferencia de sus rasgos, el color de sus pieles, los sonidos que sus lenguas hacen al querer amar. Pero no. Hay quién elige poner antagonismo y desigualdad, haciendose conquistador; luego de horas de discusión; el conquistado cesó,  se resignó ante la falta de amor y luchó. Enfrentados de uno y otro lado, dominador y dominado, contemplaron la única construcción que juntos animaron.

1 comentario:

  1. Releo y me pregunto si la lucha no estaba allí desde antes de la resignación, porque desde un principio están las diferencias (de rasgos y después, de poder).

    Con palabras como estas se construyen puentes.
    Gracias por compartirlas.

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