En algún lugar de la ciudad dos sujetos se encuentran.
Se ven por primera vez, no hay nada entre ellos, solo: el mismo aire, la diferencia de sus rasgos, el color de sus pieles, los sonidos que sus lenguas hacen al querer amar. Pero no. Hay quién elige poner antagonismo y desigualdad, haciendose conquistador; luego de horas de discusión; el conquistado cesó, se resignó ante la falta de amor y luchó. Enfrentados de uno y otro lado, dominador y dominado, contemplaron la única construcción que juntos animaron.
lunes, 29 de agosto de 2011
miércoles, 3 de agosto de 2011
Filos
Érase en un pueblito alejado e inhóspito, frío y gris, preso por la monotonía y el óseo forzado.
Pero un día, llegaron unas HADAS madrinas para intentar romper un supuesto hechizo, puesto por un enemigo común llamado HEGEMONÍA; a ella le gusta oprimir, imponer, ocultar y callar todas las penurias a la que las personas son sometidas, por pensar distinto o no tener las mismas oportunidades.
Las HADAS eran muchas y variadas y llenas de bondad se dispusieron trabajar en equipo, para cambiar esta realidad.
Al principio no contaban con información suficiente para preparar la poción y romper con el conjuro, pero fueron perseverantes y probaron de varias maneras.
Lo primero fue confirmar si los pueblerinos se encontraban dispuestos a ser liberados; descubrieron que seria un trabajo duro, porque, algunos de temperamento hostil, llegaron a poner en jaque la paciencia de una de las HADAS; ella desde el comienzo sabia que no seria fácil, el hechizo realizado por la HEGEMONÍA era muy poderoso, producía acostumbramiento y naturalización de los tormentos psicofísicos aplicados.
Otra de ellas, experta en brindar contención, apoyó a las otras HADAS agotadas en sus fuerzas y ánimos decaídos, alentando e incluso relevando en tareas a otra asignada; era un verdadero equipo de trabajo.
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