miércoles, 24 de junio de 2015

El día que Aníbal me ninguneó



Aníbal Fernández no tuvo ningún reparo en ningunearnos cuando declaró, el 26 de junio de 2002, que había sido un enfrentamiento entre piqueteros. Sostenía que nuestros compañeros asesinados –por la espalda–, se habían matado entre ellos. Cuando la sangre de Darío y Maxi todavía estaba desparramada en la estación Avellaneda, Aníbal protegió a la policía y acusó a las organizaciones que estaban reclamando por una vida más digna. No sólo negó la verdad y acusó a las propias víctimas de victimarios, sino que siquiera tuvo la nobleza de reconocer que se estaban haciendo reclamos justos. Llamó a nuestro plan de lucha “un cronograma de hostilidades” como si fuésemos mafiosxs “apretando” a inocentes, cuando era en realidad la expresión de los sectores más desfavorecidos exigiendo justicia e igualdad a uno de los más nefastos políticos argentinos: Eduardo Duhalde.

No fue ni la primera ni la última vez que nos ninguneó.
En agosto de 2001 desconoció los reclamos siendo Ministro de Trabajo de la Provincia de Buenos Aires, cuando Ruckauf era el gobernador. El Movimiento Teresa Rodríguez (MTR) tomó el Ministerio de Trabajo para pedir por un gran número de planes provinciales que se habían dado de baja, y negoció con Aníbal Fernández un acuerdo. Decidieron retirarse confiando en las promesas del ministro, pero no imaginaban que afuera los esperaba la cana para reprimirlxs, dejando un saldo de alrededor de 70 detenidxs. Muchxs de ellxs quedaron con causas abiertas. Aníbal Fernández fue de los principales responsables haciendo un trato para luego entregarlxs a la represión policial. Otra expresión más del repudio que sentía por el movimiento piquetero: "si los piqueteros ven una pala, les da fiebre" dijo una vez, carente de toda sensibilidad.


Pero para no ‘‘quedarnos en el pasado” tenemos un montón de ejemplos que ilustran muy bien al candidato a gobernador de la Provincia de Buenos Aires. Nadie puede negar que en los últimos años hemos tenidos avances en la reivindicación de derechos de las mujeres; al menos es un tema que comenzó a ser importante desde lo discursivo, teniendo como muestra clara la numerosa marcha del 3 de junio. Sin embargo, a Aníbal no le importa asegurar que el aborto no es un tema en agenda. Desconoce y ningunea a la gran cantidad de mujeres que mueren por abortos clandestinos (En argentina se realizan 500.000 abortos ilegales anualmente). Miles de mujeres hemos ocupado las calles decididas a que lxs machistas retrocedan pero sabemos que Aníbal será de lxs que darán batalla para ponernos muchos obstáculos.

Pero si no le importan lxs desocupadxs, si no le importan los derechos de las mujeres, si ningunea los reclamos de lxs trabajadorxs (acusando de hacer “paros políticos”, como si la política fuera cosa mala, como si explotar trabajadorxs no fuera parte de un modelo político), menos, mucho menos va a hacer algo por nuestrxs pibxs. Para Aníbal la solución a la inseguridad es más y más policía, una que persiga a pibxs jóvenes y pobres. Porque entiende que el delito es un afano en la calle al pasar, no así los entramados de negocios de grandes corporaciones que el gobierno actual ha logrado mantener.


Este personaje, un tanto simpático -a primera vista- por su parecido físico con Mario Bros, que pocxs señalan, es uno de los políticos que ha estado asociado a los eventos más desgarradores que ha vivido nuestro país. Responsable político del asesinato de Darío y Maxi, íntimo colaborador de Duhalde, amigo de la policía violenta. Fue intendente en el gobierno menemista, secretario general de la presidencia en el gobierno de Duhalde, jefe de gabinete durante el gobierno de Néstor Kirchner, y ministro de Justicia, Seguridad y Derechos Humanos de Cristina Fernández, y desde 2009, jefe de Gabinete de ministros. Pero como parece que no le es suficiente, ahora se postula a gobernador de la provincia de Buenos Aires. Poco tiene de novedoso este candidato que ha sabido a lo largo de estos años hostigarnos, mandarnos a vigilar y reprimir, y ningunear los procesos de lucha y organización.

Aníbal, bigote, las piqueteras y piqueteros, las pibas y los pibes, las trabajadoras y trabajadores, las mujeres, te decimos que te queremos en la cárcel por asesino, corrupto y buchón.

-Una nota de Brunela Germán-

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