Oscuridad total. Gente corriendo y
gritando entre gases lacrimógenos, palos y balas de goma. Hasta perros
prendidos fuego. Destruyendo todo a su paso, deteniendo personas como en las
épocas más nefastas, ante niñxs y bebés. Así fue la última vez que Scioli me
pegó, por reclamar un pedacito de tierra para construir una casa, por atentar
contra su negociado inmobiliario.
El último golpe pero no el
primero: el año pasado les tocó a lxs trabajadorxs del Diario Hoy. Después de ser despedidxs por
reclamar mejores condiciones laborales e intentar afiliarse al Sindicato de
Prensa Bonaerense, bloquearon la entrada del diario a modo de protesta y les
contestaron con balas de goma y detenciones para amedrentarlxs. Porque la
violencia que ejerce Scioli no es sólo física, es también psicológica.
Y es que a Daniel no le gustan los reclamos. Cuando lxs empleadxs de la
Dirección General de Cultura y Educación, a principios de este año, pidieron
aumentos en sus salarios se lxs reprimió con gases pimienta y lacrimógeno. Y cuando el Frente de
Resistencia Territorial denunció a principios de 2014 la falta de asistencia a
los comedores populares, se los atacó con balas de goma y plomo, hiriendo incluso
a un bebé de 2 meses. Es
tanta su intolerancia que hasta violentó a sus soldaditxs de la bonaerense, esxs
que se ensucian las manos por él, cuando reclamaron aumentos en sus sueldos
básicos.
Sí, Scioli, el del slogan “Scioli para la victoria”. Aquel
que hace unos años en una entrevista expresó con respecto a la dictadura: “Había
mucha gente que estaba muriendo por ideales absurdos. Bueno, no digo que fueran
absurdos, pero no tenían ningún sentido constructivo. Estaban lxs terroristas y
lxs militares matándose unxs a otrxs y en el medio lxs secuestradxs.”,
manteniendo la aberrante teoría de los dos demonios. Y hoy pretende levantar la bandera de los
derechos humanos en un en un proyecto que dice odiarlo pero que lo necesita
cada vez que hay elecciones, y que ahora parece no poder ni querer evitar que
sea su candidato a presidente.
También cuya pata fuerte de campaña es el
eje de la seguridad, decisión oportunista y amarillista que mantuvo durante
toda su carrera política. Posicionando falsamente los homicidios dolosos durante
robos a mano armada como la mayor causa de muerte, cuando en realidad son los
accidentes de tránsito por un número muchas veces mayor.
En esa línea incorporó 10 mil nuevxs policías tras pocos meses de entrenamiento. Siempre hablando de la
seguridad para algunxs, ¿no?, porque no
menciona la inseguridad que se vive en los barrios donde lxs pibxs son
asesinadxs por la bonaerense cada 28 hs., las pibas desaparecidas para ser
prostituidas y la droga vendida como caramelos.
Otra que se esconde cuando da una
nota, es la complicidad del Servicio Penitenciario Bonaerense en la
desaparición forzada de Jorge Julio López. Pero no, mejor no hablar de
ciertas cosas.
Y su política de mano dura es
distintiva de su proyecto de gobierno, porque no tiembla mientras desmantela la
educación pública, no pagándole debidamente sus salarios a más de 20 mil
docentes estatales.
Y así nos va pegando la ola
naranja. Scioli, botón ¡vos sos la represión!
* Una nota escrita por Josefina Costa
* Una nota escrita por Josefina Costa
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